sábado, 23 de agosto de 2014

Jóvenes "in movilizados"


El móvil, ese terrible enemigo de muchos padres y de muchos maestros y profesores, que se está encumbrando en los hitos de los logros del ser humano.


Cada día asistimos a como nuestros jóvenes y no tanto, más bien niños aún, están absorbidos por ese mundo de posibilidades, de comunicaciones sin relación cuerpo a cuerpo, en los que se adentran, y al que es complicado poner límites definidos y posibles.

Cada vez, compramos el primer móvil a nuestros hijos antes, porque nos queremos convencer  de que de esa forma, lo vamos a tener más controlado, lo vamos a hacer más responsable, y le vamos a conferir con él el "ya empiezas a ser mayor", pero nada más lejos de lo que puede llegar a ser.

El móvil llega a ser para nuestros hijos un modo de vida, un modo de relación y puede crear graves adicciones y desarrollos no adecuados de las relaciones con nuestro entorno.
Como casi todo en este mundo, en su justa medida es adecuado, pero cuando no llegamos a saber dónde poner el límite, cuando este es el que nos pone los límites y los tiempos en nuestro día a día, es cuando se convierte en un problema, no sólo para nosotros sino para nuestro entorno también.

Debemos asegurarnos, de haber enseñado los pros y los contras del uso del móvil y sobre todo del abuso del móvil en entornos en los que no debería estar tan presente, o por lo menos, no de la manera en la que está.
En clase el móvil puede ser un gran aliado para maestros y profesores, pero muchas veces, no se usa por miedo a crear hábitos que después serán difíciles de eliminar.
En ratos de ocio el móvil se hace imprescindible en las manos de los jóvenes, dejando en un segundo lugar la comunicación gestual y verbal, arrinconando los juegos físicos.

Y ante este panorama, ¿qué podemos hacer padres y profesores?, ¿cómo debemos actuar?. Está claro que prohibir no es una solución ni la solución, sólo lograríamos agravar el problema.
Debemos enseñar, debemos igual que enseñamos y educamos en otros aspectos de la vida de nuestros hijos, como puede ser en la alimentación, el aseo personal, en este ámbito igual.
Siempre se debe de comenzar por una "visita guiada", y con esto me refiero, a que siempre, desde que le dejemos el móvil a nuestros hijos desde pequeños para que jueguen con él, sea tutelado y guiado, no para que nos dejen un rato tranquilos porque estemos hablando o en una reuníón de amigos.
Lo segundo que debemos trasmitir desde el primer momento que el móvil no es un juguete caro ni un premio por buen comportamiento, que sirve para algo y que tiene su utilidad.
El siguiente paso es "ser buenos ejemplos", y por esto me refiero, cuando nos sentemos con nuestros hijos o alumnos a hablar con ellos, a jugar con ellos, a implicarnos y participar de su mundo, no podemos hacer lo mismo que les estamos pidiendo que no hagan....el móvil se queda a un lado.
Siguiente paso, con el móvil se puede aprender. El móvil, las tablets, las nuevas tecnologías pueden ser un gran aliado en la educación de nuestros hijos, simplemente tenemos que saber buscar lo más adecuado para cada momento y para cada situación, y sobre todo la manera de usarlos.
Muy importante, es desde los comienzos, establecer unos límites de uso, no se depende del móvil, el móvil nos facilita las tareas diarias, pero no dependemos de él. Si salimos al cine, a cenar en familia, a un día en la playa, y el móvil se queda en casa, "no pasa nada".

Con todo esto ya habremos establecido unas buenas bases, para que sean ellos mismos los que tengan capacidad de decidir, más adelante, el uso más adecuado y correcto de su propio móvil.





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